34°39´57,20” S - 58°43´17,58” W
16 mts SNM
El volovelismo es el principal de los aerodeportes en nuestro país. Actualmente existen más de cincuenta clubes específicos o que tiene esta actividad incorporada. Y a lo largo de su riquísima historia, han sido más de 200 instituciones creadas.
Mucho del éxito de este vuelo deportivo y cuasi científico, se debe a las excelentes condiciones que nuestra geografía nacional brinda. Ya sea por fuertes térmicas típicas en la pampa húmeda o intensas corrientes dinámicas de cerros o montañas, son muy pocos los lugares de la Argentina vedados a los planeadores.
El volovelismo argentino comenzó sin duda en el aeródromo de Merlo (Provincia de Buenos Aires). Aunque los primeros saltos se hicieron en el Aeropuerto de Morón, la incompatibilidad con las aeronaves a motor, obligó a sus adeptos a mudarse a un paraíso verde, llano y tranquilo, al oeste de la ciudad de Merlo.
En este sitio se fortaleció el Club de Planeadores Albatros; en 1938 el estado instaló allí la Base Oficial de Vuelo sin Motor, luego su escuela; y hacia 1945 también se instaló el Club de Planeadores Cóndor, proveniente de Comodoro Rivadavia.
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Aspecto de la obra de Rivara emplazada en 1970, con el 40° aniversario del Club de Planeadores Albatros (Subsecretaría de Cultura de Merlo) |
En poco tiempo el aeródromo era la meca nacional del vuelo a vela. Cientos de grupos de entusiastas se acercaban en búsqueda de conocimientos, materiales y sobre todo compartir una pasión por el vuelo a vela.
Hacia fines de 1949 la Fuerza Aérea Argentina incorporó a sus filas la utilización del radar de alerta temprana. En 1952 su experiencia en esta herramienta la llevó a instalar en el campo de Merlo sus radares, creando el Grupo de Vigilancia y Control Aéreo. Esta actividad era completamente compatible con el vuelo deportivo y así convivieron por más de veinte años, pero a principios de los años ´70 se planificó basar los nuevos cazas interceptores Dassault Mirage III en la cercana Base de Mariano Moreno.
Las altas perfomances de estos aviones supersónicos, obligaron a un reordenamiento del espacio aéreo que implicaba la imposibilidad de la práctica del volovelismo y el consecuente cierre del aeródromo.
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Basamento y dedicatoria de la obra (Subsecretaría de Cultura de Merlo) |
En 1973 todas las instituciones debieron abandonar el campo y emigrar a otros sitios.
Como fuere, Merlo siguió siendo reconocido como la cuna original del Vuelo a Vela y su Municipalidad quiso homenajear permanentemente este hecho con la erección de un monumento en la ciudad. La oportunidad surgió en 1970 con el 40° aniversario de la creación del Club de Planeadores Albatros. Este había sido fundado el 30 de septiembre de 1930.
Se encargó al artista plástico Jorge Rivara (1919 - 2021) la ejecución del mismo. La pieza tiene 9 metros de altura, totalmente blanca y es claramente una aeronave deconstruída en posición anormal de vuelo. La estructura está montada sobre soportes que son parte de la pieza artística, apoyados en una base de hormigón con la leyenda “Merlo. Cuna y Capital de Vuelo sin Motor Argentino – 30-8-1930"
Está ubicada en la pequeña plazoleta conformada por las calles Riobamba, Almafuerte y la Avenida Presidente Perón.
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Plazoleta conformada por las calles Almafuerte, Riobamba y la Avenida Presidente Perón (Subsecretaría de Cultura de Merlo) |
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Ubicación de la Plazoleta que contiene al monumento en el sector este de la ciudad de Merlo (AE&O) |
Bibliografía.
https://www.facebook.com/CulturaMerlo (Página de Facebook de la Subsecretaría de Cultura de la Municipalidad de merlo)
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