El Aeropuerto
Internacional de Ezeiza y el Aeroparque Jorge Newbery son los principales
aeropuertos de nuestro país. Ambos concentran la mayor cantidad de vuelos y
pasajeros, hacia la mayor cantidad de destinos. Este dato, fue uno de los
principales argumentos que justificaban la rentabilidad de los 32 aeropuertos
que se pusieron bajo el proceso de privatización, durante el menemismo.
Específicamente el Aeroparque, no es un aeródromo extinto ni olvidado, como para incluirlo en nuestro blog. Sucede que para que este importante aeropuerto aún exista, debieron pasar muchos años y discusiones, antes de que fuera inaugurado en 1947
Su aparición intempestiva se debió gracias al pragmatismo del peronismo y a despecho de los ríos de tinta que se escribieron sobre el tema. Es que la sociedad porteña estaba embelesada con tener su propia aeroestación, desde que los aviones habían llegado a la Argentina en 1910
La primera terminal de pasajeros del Aeroparque fue de madera y en su interior había más espacio para el bar y restaurante, que para las áreas operativas (Archivo General de la Nación) |
Villa Lugano era un buen lugar para los aviones, pero no para el público. Estaba lejos y la zona no tenía el glamour que se necesitaba. En la década del ´20, se pensaba que los hidroaviones serían los magníficos aerotransportes de masas y por ello la aeroestación debía ser ribereña. Esta ubicación quedó expresamente mencionada en una Ley de 1935 y hasta se restringió el sitio dentro de los límites de la ciudad Buenos Aires. Algo que prontamente fue imposible, pues la longitud de costa de la capital era extensa, pero entre dos puertos, reservas ambientales y obras de reclamo fluvial, las opciones se fueron achicando.
Entonces a alguien se le ocurrió proponer la construcción de una isla artificial para el aeropuerto, dando origen al remanido término de “aeroísla”. Este concepto sirvió para que se multiplicaran los proyectos e ideas de urbanistas, planificadores, arquitectos, militares y políticos.
Nada esto se concretó, hasta que la contundencia del peronismo se hizo cargo del problema. A fines de 1946 se resolvió construir un simple aeródromo en una parte de un gran sitio, que desde 1938 estaba destinado a un parque. Se lo conoció como “Parque Ribereño”, “Parque de la Raza” ó incluso “Bosque Alegre”
Quizás este sea el origen del nombre “aero – parque”, aunque no podríamos afirmarlo. Lo cierto es que desde el primer minuto que estuvo en servicio, absolutamente ninguna de las regulaciones que se implementaron para su operación, se respetaron.
Durante sus más de setenta años de vida, se intentó hasta el cansancio en cerrarlo, trasladarlo, modificarlo, restringirlo, etc. Fiel a su pasado, nada esto ocurrió y allí lo tenemos: más vital que nunca.
Desde los links siguientes en la página de C.A.B.A., intentaremos repasar todos y cada uno de los proyectos anteriores a su inauguración.
Aeroparque Jorge Newbery (Internet) |
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