390 mts SNM
(Ubicación
aproximada del centro del campo. Esquina de Germania y Remedios de Escalada)
Los hipódromos
fueron los lugares de excelencia que utilizaron los primeros aviadores como improvisados
aeródromos. Pero en rigor de la verdad no fueron aeródromos y a los efectos de
nuestro Blog, no deberían estar incluídos aquí. No obstante, hemos decidido
hacerlo pues la mayoría de ellos fueron la semilla de aeródromos de antología y
forman parte del mismo patrimonio que pretendemos conservar.
Después de los
actos del Centenario en 1910, la Argentina se vio invadida por varios aviadores
que partieron desde Buenos Aires a casi todas las ciudades importantes del país,
en busca de presentarse con exhibiciones en vuelo y hacer de ello un negocio.
Córdoba era por
entonces una de estas ciudades y por tener una alta concentración poblacional era
ideal para llevar el nuevo espectáculo. El 21 de agosto de 1910 llegó aquí un
ignoto aviador francés llamado Frances Pierre de la Compre de la Boissiere con
un monoplano Blériot semi desarmado y que trasladó directamente al hipódromo de
Altos General Paz, donde intentaría hacerse al aire.
Ubicación del Barrio de General Paz dentro de la macha urbana cordobesa. |
Las características de los hipódromos eran perfectas para efectuar estos
espectáculos. Eran despejados de obstáculos, aptos para concentrar grandes cantidades
de público y sobretodo se podía cobrar una entrada que permitía pagar el honorario
del aeronauta. Este lugar es actualmente la esquina de las Avenidas Patria y 24
de septiembre del Barrio General Paz.
Ubicación aproximada del Hipódromo sobre el damero urbano actual del Barrio General Paz. |
Ese día el piloto francés
intento repetidas veces despegar el Blériot, pero fracasó en cada una de ellas.
Con una gran decepción, los cordobeses debieron esperar algún tiempo más para
ver un avión sobre sus cabezas.
Para el mes de diciembre de
ese año, se había programado una visita del Presidente de la Nación Dr. Roque
Sáenz Peña a Córdoba. Previendo la gran concentración de público, el italiano Bartolomeo
Cattáneo despachó por tren su Bleriot XI a esta ciudad y entre los días 8 al 12
de diciembre efectuó exitosamente numerosos vuelos desde el hipódromo. El paso
de dos aviadores por el lugar hizo que desde entonces el hipódromo fuera reconocido
como el circunstancial “aeródromo” de la ciudad, aunque no existiera ninguna
instalación específica, además de las requeridas para las comodidades del público.
En julio de 1914, Cattáneo
volvió a Córdoba con motivo de los festejos patrios, despegando desde el Hipódromo
de Altos General Paz y volando el mismo día 9 de julio sobre la ciudad. Aunque
la explosión de la Gran Guerra en el continente europeo produjo una notoria
contracción en la actividad aeronáutica en el país, la mayoría de los vuelos en
la ciudad de Córdoba tuvieron como destino y origen el Hipódromo.
La presencia de
estas máquinas en la ciudad siempre despertaban el interés de los jóvenes que
veían en la aviación la cuota necesaria de adrenalina que impone esa edad.
Exactamente cinco
años después, en el mes de junio de 1919, aterrizó allí mismo un pesado biplano
con marcas militares y cuyo piloto era un carismático inglés cuya presencia en
Córdoba sería determinante para el futuro de la aviación civil de la provincia.
No era otro que
Shirley G. Kingsley, un piloto retirado del Royal Flying Corps, que intentaba establecerse
como empresario aeronáutico en nuestro país. Para ello, importó un Airco DH.4A
propulsado por un motor Rolls Royce Eagle VIII de 398 hp y con capacidad para
dos pasajeros y el piloto. Con este bombardero civilizado, Kingsley llegó a
Buenos Aires vía Montevideo ese mismo mes de junio y desde entonces su
actividad de vuelos fletados fue casi permanente. Pero para Kingsley la oferta
de vuelos con pasajeros no era excluyente en su interés comercial. Había conseguido
Para sí la representación en el país de la Aircraft Manufacturing Company (AirCo)
y con ella la provisión de algunas máquinas para vender aquí. Además del DH.4A con
el que aterrizó en Córdoba, un biplano biplaza de instrucción DH.6 y un DH.16.
El día 16 de julio
de 1919, el DH.4A de Kingsley aterriza nuevamente en el Hipódromo de General
Paz. Esta vez con el redactor del Diario La Nación Dr. Enrique Loncan y el Sr.
Ferreyra como pasajeros. Aunque el aterrizaje había sido sin novedad, Kingsley advirtió
la poca resistencia del terreno y ello complicaría el despegue de hacerlo con el
pasaje completo como estaba previsto. Decidió entonces despegar solo, para
dirigirse a un campo más apto y desde allí despegar seguro. Durante la carrera
de despegue, el avión se deslizó hacia la izquierda hasta colisionar con el
alambrado perimetral del campo. Kingsley resultó ileso pero su biplano con
severos daños que lo obligaron a desarmarlo y enviarlo por tren hasta Buenos Aires
para su reparación.
Estado en que quedó el DH-4A luego del accidente en el Hipódromo de General Paz el 16Jul1919 (M. Farga de la Revista "Atlántida", archivo Marcelo Miranda) |
Los cordobeses en
general y los entusiastas en especial no podían creer el suceso. Habían pasado de
la fragilidad del Bleriot de Cattáneo y de esporádicos vuelos militares a tener
casi a diario un inglés con su biplano, repleto de pasajeros y que encima, lo
despanzurraba en el patio de casa.
El tiempo que Kingsley
demoró en desarmar el DH.4A, embalarlo y enviarlo a Buenos Aires para su
reparación, fue el necesario para alentar a aquellos entusiastas cordobeses de concretar
sus ganas de volar. El inglés, hecho mano de todas sus virtudes empresariales y
no sólo convenció al grupo de reunirse en una institución, sino que además les resaltó
las virtudes de aprender a volar en su propio avión, cuál era el más apto y
cómo pagarlo.
De otro modo no se explica cómo, tan sólo diecisiete días después del
accidente de Kingsley en el hipódromo, se aprobaran los estatutos y personería
jurídica de un colectivo formado para la práctica deportiva y que al otro día
se lo denominara “Aero Club Córdoba”. La primera Comisión Directiva estuvo
constituida de la siguiente forma: Presidente, Esteban G. Juarez; 1º
Vicepresidente, Ing. Eduardo Conil Paz; 2º Vicepresidente, Dr.
Dardo H. Rietti; Secretario, Jorge Handley; Pro Secretario,
Ramón García; Tesorero, Pedro Buonacucina; Vocales, Dr. Telazco
Castellano e Ing. Del Caro.
Pero además, unos
pocos días antes del accidentado vuelo a Córdoba, Kingsley había ordenado
cuatro ejemplares del biplaza Airco DH.6 al Reino Unido para colocar en el país.
Estos artefactos habían probado ser excelentes para la instrucción primaria en
el Royal Flyng Corps. Eran muy básicos en su ingeniería, mecánica simple, fáciles
de volar y de mantener y con una potencia adecuada de 90 hp, proporcionada por
un motor R.A.F. 1A.
Airco DH.6 similar al que Kingsley le vendió al Aero Club Córdoba |
Kingsley presupuestó
la provisión de un DH.4 al Comisión Directiva del Aero Club y su propuesta fue
considerada y aprobada en la sesión del 17 de diciembre de 1919. Allí se aceptaron
las condiciones de la venta, estableciendo que el aparato debía ser entregado
entre los días 23 a 28 de ese mismo mes en la ciudad de Córdoba. Además, el
aero club había contratado los servicios de James Richardson como instructor y piloto a cargo de
los vuelos con pasajeros. Poco se sabe de la trayectoria de tal este Richardson,
pero es muy probable que haya sido recomendado por el propio Kingsley.
Tampoco ha podido
determinarse si por consejo de Kingsley o por iniciativa propia, la nueva
institución se procuró su propio campo para utilizar como aeródromo. El accidente
del DH.4 de Kingsley se había debido claramente a la longitud disponible del
hipódromo y del estado del terreno. Estaba claro que la nueva institución no
deseaba seguir de prestado en un campo poco apto. Además, era obvia la
necesidad de un aeródromo para albergar un aero club.
El Aero Club
terminó instalándose en los terrenos de propiedad de Ramón García. Era una gran
parcela de 100 has, ubicadas sobre en el paraje conocido como “Las Playas”,
sobre la Ruta N°20 que lleva a San Roque y a 7 km hacia el oeste de la ciudad.
Agradecemos
la colaboración de Alberto Domínguez y Hernán Tejeda en la confección de la
entrada Hipódromo General Paz.
Estimados: Hace bastante poco me deleito con este excelente blog.Aprovecho para invitarlos a visitar mi nuevo blog: www.historiaaeropuertocordoba.blogspot.com.Abrazos !
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