34°47´48.10” S - 58°27´50.24” W
9 mts SNM
El campo de Monte Grande estuvo toda su vida en relación directa con su creador y principal responsable: Siro Alberto Comi. Este verdadero personaje de nuestra historia, había nacido en la localidad de Sampacho (Córdoba) el 25 de septiembre de 1910. Emigró a la ciudad de Buenos Aires en 1928, atraído por el excitante mundo de la aviación. Tras realizar todo de trabajos en diversos aeródromos y talleres, obtuvo su brevet de piloto en el Centro Universitario de Aviación el 23 de febrero de 1932.
Ubicación de Monte Grande en relación al Gran Buenos Aires. |
Su vida aeronáutica fue casi novelesca. Comercializó aviones, realizó taxi aéreo, fue pionero del “skywriting” (la modalidad de escribir con humo en el cielo), corrió avutardas y se especializó en la transmisión por radio de carreras del turismo carretera. Hacia 1937 se asoció con su primo Angel Romeo Petrazzini, con quien fundó una escuela de vuelo.
Esa actividad es la que lo motivó a alquilar un lote de casi 16 hectáreas en 1944 en la localidad de Luis Guillón (Partido de Esteban Echeverría). La parcela estaba ubicada en la esquina sureste que conforman las actuales Avenida Luciano Vallete y Luis de Sarro. Esta última arteria es la que en la actualidad hace de límite entre las localidades de Luis Guillón y Monte Grande, de allí que el campo se lo conociera con este nombre, aunque su ubicación es exactamente en Luis Guillón.
Plano de aeródromo tal como fue publicado en el Boletín N° 12 de la Dirección General de Aeronáutica Civil 1944 |
Se trataba de un campo de reducidas dimensiones; las 15,5 hectáreas se conformaban con un lado de 626 metros sobre la Avenida Luciano Vallete por tan sólo 250 mts de profundidad. No todo el campo estaba disponible pues en la esquina este, corría la traza del arroyo Santa Catalina que determinaba un área inútil. Aún así, las distancias operativas eran más que adecuadas y Comi construyó allí un pequeño hangar metálico de 18 metros por 15, un “pequeño chalet habilitado” y previó la posibilidad de expendio combustible y lubricantes de modo permanente.
Su primer instructor contratado para la escuela fue el recordado Leonardo Lemoine. A mediados de 1946 Siro Como emprendió una gira comercial personal por los Estados Unidos para conseguir la representación de alguna fábrica importante de aviones civiles (existía entonces una fuerte política de apoyo a la aviación general). Si bien las empresas más conocidas lo rechazaron, no fue así en la poco conocida Cessna Aircraft Company, que lo escuchó atentamente y terminaron acordado la representación local de la fábrica. Este contrato sirvió para que Comi importara nada menos que 31 monomotores Cessna 140 y un modelo 120 en el lapso de un año. La mayoría de ellos fueron traídos en vuelo él mismo.
Los Piper J.3 Cub que fueron asignados a Siro Comi para ser montados en su campo. Debido a la carencia de hangares suficientes, estos fueron armados en el piso (Francisco Halbritter) |
Los aviones se vendían como pan caliente y su permanencia en el aeródromo era muy corta. No obstante ello, Comi debió habilitar un taller y sobre todo ampliar el campo. Esta expansión se produjo en 1947 con el agregado de 5 hectáreas ubicadas inmediatamente al sur del terreno original, pero siguiendo la traza del arroyo, lo que finalmente determinaba un campo de forma trapezoidal.
Plano del aeródromo publicado en la Guía Aeronáutica Argentina, editada en 1948. El croquis aún no refelja la ampliación del año anterior. |
La venta de estos aviones fue explosiva pero también muy efímera, ya que a partir de 1947 no se vendió un solo ejemplar más. Es que por aquella época la Dirección de Aeronáutica Civil asumió como política la subvención a entidades aerodeportivas, para la formación de pilotos y aumentar el número de aeronaves. Ello lo realizó por medio de la entrega sin cargo de máquinas, personal y equipamiento en grandes cantidades. En consecuencia, Comi no logró mayores operaciones comerciales y su sobreviviencia se debió, paradójicamente, gracias a su competidor más grande: el Estado Nacional.
Se adquirieron nada menos que 80 Piper J.3 Cub, 100 Piper PA-12 Super Cruiser y 200 Piper PA-11 Cub Special. Estos aviones llegaron al puerto de Buenos Aires encajonados y para el armado y puesta a punto de cada uno, se llamó a licitación. Los trabajos fueron adjudicados a la empresa de Siro Comi y se realizaron en los talleres de Monte Grande.
La magnitud de los trabajos era tal que las instalaciones no alcanzaban para albergar a todos los aviones bajo proceso, por lo que los mismos eran armados a la intemperie en tiempo récord, probados en vuelo y entregados.
Carta del Instituto Geográfico Militar, de abril de 1957. Muy pequeño se alcanza a apreciar el formato trapezoidal del aeródromo (Instituto Geográfico Nacional) |
La asistencia estatal fue disminuyendo lentamente, lo que permitió el ingreso de nuevas aeronaves. Así, Comi volvió a las exportaciones con el modelo Cessna 170, el exitoso reemplazante del 140. Este fue el verdadero romance entre Cessna y Siro Comi, pues durante toda esa década, vendió en el país unas 550 aeronaves más de los modelos 170, 180, 185, 195, 310, 336 y 337. Muchos de estos aviones eran trasladados a sus bases fijas luego de ser entregados, pero otros propietarios decidían hangarar en el mismo aeródromo, por lo que fue necesario crear hangares sólo para este propósito. Con el tiempo, estos fueron en total cuatro largas y naves para el resguardo de aeronaves tipo “T Hangar”. En tanto, lo que originalmente era un campo para despegues y aterrizajes se convirtió en una pequeña pero útil pista de 560 metros por 321 de ancho con orientación 01/19. La pista estaba más que justa en sus dimensiones, ya que para habilitarlo no fue considerado obstáculo un edificio de tan sólo 6 metros de altura ubicado en las cercanías del umbral 19
Información del Aeródromo de Monte Grande extraída del AIP año 1963 |
A partir de fines de la década de los ´50 una serie de múltiples razones definieron la lenta caída de los negocios de Comi. Sus importaciones había sido de tal magnitud que el Estado impuso severas restricciones a las mismas, con el fin de proteger a la industria nacional. Por otro lado, de acuerdo a una nueva política de ventas de Cessna Aircraft Corporation, la fábrica optó por eliminar las representaciones exclusivas. Así, el negocio cautivo que tenía Comi se esfumó y ya en 1965 el país contaba con no menos de siete agentes de ventas. Todos reconocidos, económicamente sólidos y responsables.
Aspecto del campo de Siro Comi en sus épocas mayor auge de ventas de aviones Cessna (www.montegrandeayer.com.ar) |
Pero eso no fue todo. La Argentina siempre había sido un punto de interés para Cessna con el objeto de instalar aquí una fábrica propia. Hubieron dos intentos vanos: uno motorizado por el propio Comi, para radicarla en la ciudad de Córdoba y la otra a instancias de un empresario mendocino con el fin de instalarla en esa provincia. Estas últimas gestiones se produjeron en el mes de octubre de 1960 e incluyó una visita de autoridades americanas al país. Finalmente, en octubre de 1965 Cessna firmó un acuerdo con DINFIA para la fabricación bajo licencia de los monomotores comercialmente más jugosos.
Estaba claro que la época dorada había pasado. Aún así, Comi se sostuvo económicamente bien con la colocación de algunos pedidos de bimotores, además de instrucción, mantenimiento y hangaraje.
Los hangares alargados en primer plano corresponden a los tipo "T Hangars". Los tres más amplios del fondo corresponden a los talleres (Internet) |
Hacia 1971, el negocio no era rentable y Comi decidió dejar la actividad aeronáutica. Ese mismo año dio de baja la habilitación del campo y lo vendió con todas sus instalaciones. El aeródromo de Monte Grande nunca se caracterizó por la generosidad de sus dimensiones, sino más bien todo lo contrario. Aún pequeño, en su época se convirtió en uno de los de mayor actividad del país.
El antiguo arroyo se convirtió en la calle Dora Catalina Fleitas, la zona creció urbanísticamente y los usos allí desarrollados, permitieron que todos los hangares y cobertizos fueran aprovechados como depósitos. Actualmente todos existen, camuflados entre otras construcciones menores y con el orgullo de haber sido proyectados y construidos como “hangares”
Sobreimpresión de los dos perímetros del aeródromo en una foto satelital actual. |
Agradecemos la colaboración de Gabriel Pavlovcic y Francisco Halbritter en la confección de la entrada Monte Grande.
Bibliografía
Halbritter Francisco, Un Chico Popular. El Cessna 140/120 en la Argentina. Revista LV N°4 Verano 2003/2004, Pg. 16
Pavlovcic, Gabriel, Los
Chupaysopla. Los Cessna 336 y 337 en la aviación civil argentina. Revista
Lima Víctor N°4 Invierno 2007, Pg. 04 a 11
Marón Gustavo, Ghiretti,
Guido, Aquellos Aviones de Pocito. Chincul y la Industria Aeronáutica Argentina
(1972-1995), Editorial Grupo Abierto, Buenos Aires, 2020
Boletín N° 12, Dirección General
de Aeronáutica Civil, 1944
Guía Aeronáutica de Aeropistas,
Edición 1948
Guía Shell de Aeródromos
1952
AIP 1963
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